Cuando empecé a viajar sin mis papás era muy pequeña, tenía 7 años. Mi hermano y yo pasábamos los veranos en casa de mis tíos en California. Era lógico que en mi maleta iba también el perico. Empacaba cambios completos para cada día de viaje. Con el tiempo aprendí que la mitad de lo que llevaba nunca lo usaba, entonces comencé a viajar con menos cosas.
La realidad es que no es necesario cargar con tanta ropa, ni tampoco con todos los productos de belleza. Claro que no es lo mismo un viaje corto por alguna parte de tu país, a viajar al extranjero con un mochilón en la espalda. Como cuando viajé con mi mejor amigo, quien me hizo el enorme paro de cargar la mochila de varillas que me había regalado mi tío (el mismo de California), quien pensaba en la salud de mi espalda pero jamás imaginó que en conjunto, sería más ancha que los pasillos de cualquier tren y que las puertas del metro en Paris. Tampoco nadie sospecharía que en la segunda ciudad de las 10 que nos faltaban por visitar, mi familia en Asturias me regalaría dos botellas de orujo, 6 vasos de sidra y latas de chorizo «para la familia de Méjico». Entonces aprendí a no solo viajar con lo necesario, sino también dejar espacio para lo nuevo e inesperado.
A continuación, los consejos:
- Compra una maleta que por sí sola sea ligera, aunque no sea muy fashion como Samsonite (son las mejores).
- Investiga cómo anda el clima del destino al que viajas.
- Haz una lista de lo que necesitas llevar.
- Lleva ropa interior suficiente, e inclusive de repuesto. Todo lo demás lo puedes usar hasta tres veces (o más). Lo que yo hago después de elegir toda la ropa que me gustaría llevar, descarto la mitad, coordinando las prendas que podría combinar entre sí.
- Si te cuesta mucho limitar la cantidad de ropa que llevarás, échate un “detinmarin” o trata de seguir la siguiente regla: cada camiseta puede durar dos días y cada par de pantalones o shorts puede durar tres días.
- Aprovecha al máximo tu equipaje de mano. Deberás llevar puesto los artículos más pesados en el avión para que no tengas que cargarlos en la maleta de mano. Ponte tus jeans y una chaqueta o sudadera, también tus zapatos más pesados para que tengas más espacio para otros objetos en el equipaje.
- Enrolla la ropa.
- Aprovecha el espacio de tus zapatos para guardar calcetines o productos de belleza.
- Apaña los minifrascos de los hoteles para rellenarlos con tus productos (shampoo, acondicionador, jabón, crema, etc.).
- Reserva un compartimiento secreto para la ropa sucia.
- Hazte de una toalla de microfibra.
Igual puedes notar que todo lo anterior es una asociación de ideas que aplican para lo que considero uno de mis propósitos en la vida; dejar de cargar lo que no me sirve.
¡Feliz viaje!