Si logro resolver esta cuestión, siento que seré digna candidata para ganar el concurso del millón.
Y es que las posibilidades son infinitas, sin embargo expondré solo unas cuantas.
Porque en México las mujeres nos sentimos expuestas y vulnerables.
Es imposible para mi, perder de vista que este blog lo comparto en una gran mayoría con mujeres y hombres de Latinoamérica, pero sobretodo de México, y sin necesidad de recurrir a las estadísticas de INEGI, sabemos que en este país, somos las mujeres las más vulnerables, si de abuso y cosas tremendas hablamos.
Porque no nos gusta nuestro cuerpo.
Fue esta mañana, llegando a mi salón de clase, que mis compañeras se entusiasmaron al verme entrar con shorts y playera sin mangas, más a ninguna de ellas la vi con ropita fresca ad hoc con la temporada. Sin indagar demasiado, una de ellas no tardó en confesarme que la verdad era que no le gustaban sus piernas, y en este párrafo me detengo a reflexionar, porque realmente, el que esté libre de imperfecciones que tire la primera piedra pomex… Pienso que si yo no mostrara todo lo que no me gusta de mi, nadie me conocería tal y como soy, y recordé aquella frase que pretendo tatuarme en el tuétano que dice más o menos así:
“Nunca olvides que NO ser perfecta, es perfecto”
Si me has leído con frecuencia, probablemente sepas que toda mi infancia y adolescencia acudí a colegio de monjas, quienes me enseñaron muchísimos valores cívicos y espirituales, pero no me enseñaron los súper poderes de la sensualidad, justo porque ¡Ay de aquella jovencita que enseñara demasiada piel, más allá de la cara, las orejas y las manos… porque Dios nos condenaría a las ánimas del purgatorio por levantar bajos instintos y lujurias en los “ONVRES”!
En fin, este post es sólo una invitación a que uses ropa de la temporada, fresca y liberadora sin temor, y poco a poco vayamos rompiendo horribles y rígidos patrones sociales y machistas.