En todos mis días con diabetes, jamás había escuchado que alguien me dijera “pero la diabetes que tú tienes es la grave ¿no?”, hasta hace un par de días. Yo sólo volteé los ojos, respiré y contesté “no”. Mantuve una conversación mental conmigo y mi cerebro decidiendo si explicarle o no, y es que a veces no tengo paciencia, me siento como cuando mi madre me pide que le explique cómo usar su teléfono nuevo; y por otro lado, pienso también que las personas no deberíamos externar nuestros comentarios sin fundamento, pero invariablemente, todos caemos de alguna u otra forma, con algún tema que desconocemos pero que creemos dominar sólo porque el primo de un amigo nos contó, o escuchamos o simplemente nos imaginamos, pero la realidad es que no tenemos ni la más mínima idea.


La diabetes tipo 1 aparece cuando el propio organismo destruye las células beta del páncreas, las que producen la insulina. Este tipo de diabetes suele darse en personas jóvenes y niños. El tratamiento de la diabetes mellitus tipo 1 consiste en suministrar insulina por vía subcutánea para cubrir el consumo de carbohidratos del individuo.

La diabetes tipo 2, es la que desarrollan, generalmente, personas mayores de 40 años. En un inicio el páncreas sí produce insulina, pero el problema es que esta insulina no funciona bien porque la hormona tiene problemas de acción en las células del músculo o del hígado por ejemplo. Estos problemas suelen deberse a la presencia de obesidad, tabaquismo, entre otros, de manera que una dieta adecuada y la práctica de ejercicio, para controlar el peso y la condición física son el tratamiento inicial. Si a pesar de ello, el problema no se resuelve, se pueden utilizar diferentes medicamentos orales. Cuando la evolución de la diabetes es larga, el páncreas se agota y fabrica cada vez menos insulina, con lo que en algunos casos, el tratamiento con insulina también es necesario en la diabetes tipo 2.


Tal vez la próxima vez que alguien externe su “rusticidad” (estoy intentando ser muy política, ¿ves?) con respecto al tema «diabetes», después de sacar mi escudo protector les regale la versión impresa de este post que estoy dispuesta a imprimir en millares.

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