El día que Héroe me propuso colocarme una microinfusora de insulina, después de explicarme en qué consistía, comencé a fantasear cómo sería. Entonces llegué a mi casa a buscar en internet imágenes y toda la información al respecto, y en ese momento pensé: -“Sí la quiero, pero no ahorita” (soy de la media de la población del sí sí, pero no, mejor al ratito… creo que se llama miedo a lo desconocido).
¿En qué consiste una microinfusora de insulina?
La microinfusora de insulina es un pequeño aparato, del tamaño y peso de un radiolocalizador, el cual no se implanta, más bien la insulina es administrada a través de una especie de mini catéter que se inserta por debajo de la piel y se cambia cada 2 ó 3 días, puede desconectarse fácilmente para bañarte, nadar o realizar cualquier actividad física que así lo requiera. Con solo oprimir un par de botones administra la cantidad de insulina que requieres.
La terapia con la microinfusora o bomba de insulina está diseñada para personas insulinodependientes. Es el tratamiento que más se parece a la acción de un páncreas saludable, pues además de cubrir la necesidad de insulina durante las comidas, administran insulina las 24 horas del día, de acuerdo a un plan programado diseñado especialmente para ti, sustituyendo a la vez lo que normalmente utilizarías de insulina lenta, esto para mantener niveles de glucosa en sangre en el rango deseado entre las comidas y durante la noche.
La terapia con microinfusora de insulina, te da más libertad para comer lo que quieras, cuando quieras, saltarte una comida, dormir o hacer ejercicio sin temor a una baja de azúcar.
Ese “ahorita no” lo sostuve en mis pensamientos saboteadores a lo largo de 5 años aproximadamente, y hoy me río, porque sólo puedo pensar que me tardé demasiado.
Mi tamagotchi y yo, somos uno mismo.