A pesar de que estoy a punto de cumplir 7 años con diabetes, la verdad es que no puedo decir que es prueba superada y que domino todo lo relacionado con esta condición por completo, porque realmente no, y me percato de eso cuando conozco a alguien nuevo, alguien que me resulta interesante, sobretodo cuando es un gentleman que me alegra la vista y el corazón (¡ay bájale Nelly!).
En realidad he pasado por varias relaciones durante estos 7 años, cada una con infinitas experiencias y maneras de entender mi condición. Empezaré por el final:
Corresponsabilizo al Tamagotchi que revolucionó mi vida y me sacó del confort; y es que tengo que aclarar que ahora la bomba de insulina va conmigo a todos lados, y no hay manera de ocultarla, pero como ya te había contado en posts pasados, soy una especie de “Stylist” que generalmente viste vintage (para prueba, mi instagram) por lo que la mayoría de las personas se van con la finta y piensan que es un radiolocalizador (jajaja lo disfruto un montón), en cambio cuando usaba plumas y jeringas podía escabullirme para inyectarme donde ninguna persona me veía y así evitar tener que darle explicación a NADIE, y muchas veces por NADIE me refiero a mi “BAE“; ese joven caballero con quien ya llevo un rato saliendo y con quien no termino de abrirme porque me gusta mucho y no quiero espantarlo y que piense que soy una weirda-freak-enferma-débil-pocacosa… (se raya el disco).
Todos esos adjetivos y unos cuantos más, son los que han saboteado mis grandes planes de ser feliz y fluir, y no estoy dispuesta a que me arruinen ni un solo día más. Pues sí, definitivamente soy rarísima, pero ¿quién no?; no estoy enferma, sólo he tenido que hacer las cosas un poco mejor; no soy débil, porque no cualquiera está preparado para el cambio; y ¿poca cosa?, ¿comparada con qué?
La semana pasada por fin se lo dije, y me di cuenta que todo este tiempo le había dado demasiada fuerza y poder al miedo. Lo hice inmenso cuando la realidad es que debí decírselo desde el día cero porque mi condición no me define, y por el contrario me ha obligado a ser mejor en TODOS los aspectos de mi vida y a valorar y a apreciar todo lo que me rodea… por eso y porque cuando se lo dije por fin, después de haberle dado tantas vueltas, él solamente tronó la boquita y dijo: “lo que importa es que estés bien”…creo que no tiene idea de lo que significa diabetes (liberen las risas enlatadas), pero definitivamente a “BAE” no le afecta ni poquito.