Existe una gran diferencia entre un régimen alimenticio o dieta, y aprender a comer. La verdad, puedo presumir y sobre todo agradecer que el universo me puso en manos de HÉROE, quien para mí es el mejor endocrinólogo del mundo, porque desde el día uno de mi diagnóstico como “joven con diabetes tipo 1” ha sabido quitarme todos y cada uno de los miedos que vienen a mi, bueno, en relación a esta condición, porque el miedo a la oscuridad, a los temblores, a Donald Trump, a la corrupción, a la inseguridad y al coco todavía no logra erradicarlos. Sin embargo el miedo a quedarme ciega, amputada, sin riñones y demás tragedias sangrientas al estilo Quentin Tarantino, que la mayoría de las personas con diabetes imaginamos que nos pasarán, ese miedo sí que lo enterró en la ciudad de Petra (sólo por mencionar algún lugar muy lejano).


Lo primero que pasó fue que me mandó con Jimena, mi nutrióloga. Ella tuvo la paciencia de enseñarme a contar carbohidratos. No es realmente una ciencia que exija demasiado. Simplemente es aprender cuantos carbohidratos tiene cada alimento (si eso te asusta, ya hay aplicaciones para tu tablet o teléfono que te ayudan), conocer tus medidas y tu peso (para lo que necesariamente tienes que visitar a un nutriólogo especialista en diabetes) con el fin de saber cuantos carbohidratos al día debes consumir para entonces repartirlos proporcionalmente en 3 comidas fuertes y 2 colaciones, y compensar ese consumo de carbohidratos con la insulina justa y necesaria a lo que los especialistas denominan como “Relación Insulina Carbohidratos” (se abrevia RIC), ni más,  ni menos, y eso en ningún momento significa dejar de disfrutar la comida.


A grandes rasgos y de manera muy general, es más o menos así:

2 tostadas  30 g (de carbohidratos)

2 huevos  0 g

1/2 vaso de jugo de naranja  15 g

1 rebanada de jamón  0 g

2 cucharadas de mermelada  30 g

Gramos Totales:  75 g

RIC = 10 (esto lo determina el endocrinólogo de la mano de tu Nutriólogo)

75 g ÷ 10 RIC = 7.5 unidades de insulina

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