Platicando con mi nueva amiga Gaby, quien me contactó por este medio para intercambiar experiencias de vida en relación a esta condición que nos tocó vivir, me di cuenta de que no soy a la única señorita con diabetes que se le sube la glucosa pero a la cabeza; y es que échale la predisposición genética y cultural, el periodo, los problemas del corazón (hablando en un sentido total y completamente figurado), la falta de paciencia, la contaminación, los días nublados, el hoy no circula, el incremento del dólar, que en la miscelánea de enfrente no vendan productos lights, etc., súmale todavía todo lo que representa la diabetes.
Se han llevado a cabo recientemente investigaciones en personas con diabetes tipo 1 y se ha encontrado, que los largos periodos de altos niveles de azúcar en la sangre, puede desencadenar la producción de una hormona relacionada con el desarrollo de la depresión, y bueno, los cambios constantes en los niveles de glucosa en la sangre producen mal humor y el mal humor altera los niveles, o sea, estamos perdidos porque es un circulo interminable.
Y no puedo dejar de mencionar que todo el tiempo estamos pensando en la diabetes. Todo lo que comemos nos genera dudas y/o nos da culpa; igual sucede el día que decidimos no ejercitarnos, y luego también enfrentar los prejuicios con los que lidiamos… todo eso estresa un montón.
Por supuesto que es normal y lógico que nos sintamos mal y resentidos o enojados a veces. La diabetes es canija, a mi me trajo cosas positivas a mi vida, pero no puedo negar que en el paquete venían esta serie de sentimientos no tan padres, pero si tú estas siempre enojado o triste todo el tiempo, por favor toma nota, ni tú, ni tu pareja, ni las personas que viven contigo TIENEN LA CULPA, o si eres padre de algún pequeño que tiene diabetes, NO ES TU CULPA.
Cada quien sabe de qué pie cojea y no te daré consejos basados en la suposición, sino en lo que a mi me funciona. Cambia tus pensamientos a positivo, ilusiónate y ponte metas a corto plazo, y cúmplelas. Activa tu cuerpo, sal a caminar o qué mejor, a correr o a andar en bici; platica con amigos, viaja, o por lo menos turistea en tu ciudad, come más verduras y toma mucha agua; observa el cielo, la luna y los atardeceres, escucha el canto de los pájaros, ponte en contacto con la naturaleza, ella es muy sabia; provócate risas, ya sea con algún libro o alguna serie de televisión, o una película, sobretodo haz lo que más te gusta, haz mucho de eso… no dejes para después eso que tanto disfrutas hacer.
Este espacio llamado “Mi dulce vida” esta hecho para que tú que me lees, sepas que hay alguien (o sea yo) que quiere leerte y acompañarte, y que también tiene diabetes.