Tengo la fortuna de haber crecido en una familia cariñosa, intensa, generalmente alegre, unida y entre muchas otras características, llena de médicos. Por lo que gran parte del tiempo, sin querer escuchaba en algunas conversaciones de enfermedades (diabetes, por ejemplo) que padecían personas desconocidas para mí o algún familiar lejano. También recuerdo que en primaria, Adriana, mi compañera de banca, tenía alguna extraña enfermedad, no sabíamos qué era pero antes de los descansos iba la Miss Teresita por ella para inyectarla. Siempre fue un misterio para todas y en vez de explicarnos con claridad acerca de su condición física, que ahora entiendo porque la padezco, nos lo ocultaban, lo que nos provocaba de alguna manera, rechazo hacia ella; así se convirtió para nosotras en un tabú.

Cuando eres niño, sobretodo, siempre piensas “a mi no me va a pasar” y creces reafirmándolo, porque no eres consciente de tu vulnerabilidad humana, hasta que te pasa. Sin embargo, definitivamente creo que tu manera de pensar define tus experiencias y eso es fundamental en el desarrollo de una enfermedad. En mi caso, cuando llegué a la edad adulta, cuando empecé a trabajar, tenía miedo de todo, vivía sumamente estresada por cualquier cosa, no quería fallarme; ni a mí, ni a mis papás, ni a mi entonces jefa.

Héroe me asegura que no tiene nada qué ver, dice que de ser así, él también estaría enfermo. Pero a mí, nadie me quita de la cabeza que a parte de la predisposición genética, el haberle perdido la dulzura a la vida, dejar de lado el deporte, hacer una comida al día, dormir poco, llorar todos los días durante un año y medio por estrés laboral y no haber sabido canalizarlo, me quebró.

Tal vez, efectivamente no exista un método de prevención para la diabetes tipo1, pero si pudiera volver en el tiempo, le prestaría toda mi atención a lo verdaderamente importante; mi felicidad, bienestar físico y emocional.


Es necesario que abiertamente se hable de estos y otros temas, sin menospreciar la gran inteligencia de los pequeños y adolescentes, y orientarnos e informar para que las enfermedades y ciertas condiciones dejen de ser, de alguna manera, un tabú.

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