Fotografía: Juan Pablo Carrillo

Obvio no, pero sí nos prefieren menos artificiales. Es el ejemplo perfecto de la ecuación algebraica de menos es más.

Tengo que reconocer que mis conocimientos en maquillaje son reducidos, pero de una cosa estoy muy segura: La cantidad de maquillaje líquido o en polvo que utilizas es directamente proporcional a las  máscaras que interpones entre tu cara y las caras de los demás. Te preguntarás ¿de qué va este comentario? En realidad, mientras escribo esto, pienso en algunas mujeres que he conocido, y que puedo asegurar, invierten más en maquillaje que en productos de primera necesidad, y no sólo eso, es un tremendo sacón de onda verlas sonreír pues pareciera que esa carita estuviera a punto de quebrarse.

Estas líneas son una atenta petición al fomento del amor propio, a que explotes tu belleza natural y te acerques a quien realmente eres. Maquíllate con moderación con tonos similares al de tu piel. El objetivo es disimular pequeñas imperfecciones para lo que es recomendable que un experto te asesore, puesto que hay un maquillaje para cada tipo de piel, por eso no debes prestárselo ni a tu BFF.

Escanea el código