El otro día, comiendo con mi única prima hermana paterna, me preguntaba acerca de mi nueva relación con la microinfusora de insulina y mi proceso de adaptación. Mi respuesta definitivamente fue positiva, sin embargo, uno de los issues a los que me enfrenté los primeros días fueron las frecuentes hipoglucemias o también conocidas como bajones de glucosa, entonces mi “pri” tuvo a bien recordar un articulo que leyó acerca de los maravillosos perros guardianes, por lo que me di a la labor de indagar en el tema para poderlo compartir contigo.
Resulta que existen estos maravillosos perritos, a quienes entrenan a base de sudor, saliva y aliento de la persona con diabetes principalmente para evitarle un coma diabético.
Como es un entrenamiento totalmente personalizado, desde el primer día de entrenamiento propiamente el perro ya tiene dueño.
Se toman muestras de sangre y se entrena al perro con aquellas muestras que tienen glucosas menores a 60 mg/dl. Inicialmente se realiza con una gasa o una prenda de la persona y posteriormente directo con ella.
Las hipoglucemias o bajas de glucosa van acompañadas de catecolaminas (¿qué dijo?), mismas que se presentan en situaciones de estrés, por lo que el entrenamiento de los perros se complementa con una especie de condicionamiento en relación a los niveles de glucosa en la sangre de su amo; cuando se presenta una cantidad estable de glucosa, el perro no puede ladrar, y cuando hay baja de glucosa, sí.
Entrenan al perro para que por la noche se despierte cada tres o cuatro horas, se acerque a olfatear y si todo está bien se vuelve a dormir, y esto, en ningún momento es maltrato animal. De alguna manera el perro se levanta porque al final del día, quiere ser premiado.
Se entrena al perro también para que avise a los padres (esto cuando la personita con diabetes sea un niño), o golpetea una alarma, o ladra muy fuerte. En caso de estar en la calle, el perro podría llamar la atención bruscamente para que su amo tome medidas inmediatas.
El mejor perro para realizar esta gran labor es un cruce de labrador y bretón, casi cachorro, ya que su parte de labrador le aporta ganas de complacer, capacidad de aprendizaje, sociabilidad; y la parte de bretón, un olfato fuera de serie y un carácter más activo.
Sin duda me muero de ganas de tener un amigo así, pero los perritos son una enorme responsabilidad así que es una decisión que meditaré un rato, aunque realmente se me hace una gran idea, sobre todo para los pequeños que viven con esta condición, porque la diabetes es un plus a las obligaciones de sus padres, quienes tienen que tomar constantemente decisiones médicas sobre dosis de insulina, medición de glucosa en sangre, además de cuidar un montón la alimentación de su pequeñ@; tienen que velar por ellos las 24 horas del día, los 365 días del año, y a veces no duermen porque todo lo relacionado a la salud de su hij@ está en sus manos.
¿Tú qué opinas?, ¿Te gustaría tener un perrito guardián?