Qué cansado debe ser buscar la originalidad todo el tiempo, en primera porque es imposible y en segunda porque (me quedo varios minutos manteniendo una conversación interna)…
…pues porque me imagino que buscamos lo que no encontramos en nosotros mismos. Entonces concluyo que la “originalidad” es un algo que también se estudia y se trabaja.
Todos somos una copia y todos somos únicos e irrepetibles a la vez.
A veces cuando pienso que ya he visto todo, prendo mi teléfono y se me olvida, porque internet nuuuunca deja de sorprenderme.
Obviamente decir internet, es hablar de todos nosotros como un común sustantivo denominador que nos unifica en una sociedad virtual llena de ingenio y creatividad, que generalmente aprovecha lo que ya existe o las ideas de alguien más para copiarlas fielmente o reinventarlas y enriquecerlas a la vez, y no sólo eso, sino hacerlas de dominio público.
Es una gozada vivir en esta era y poder ser testigo de aquellas ocurrencias que nos sacan lágrimas de risa y de tristeza a la vez. Podría decir, sin ningún reparo que remezclar es el arte del pueblo.
Personalmente solía colocar en una enorme tela de juicio a aquellas personas que se tomaban la libertad de fusilarse las ideas ajenas, hasta que un día me di cuenta que todos formamos parte de ese gran lienzo, puesto que todo es una copia, todo es un remix y nada de lo que existe hubiera sucedido sin el trabajo previo que alguien más realizó.
Hay copias que resultan fieles al original y el impacto es muy distinto a la sorpresa que genera una copia corregida y aumentada como ocurre cuando un artista nos sorprende con su arte. Y es que, a diferencia de lo que la mayoría podría pensar, tener idea de lo que ya se ha hecho, conocer la obra de lo que otras personas han propuesto a lo largo de la historia, no nos limita, sino abre nuestros marcos de referencia, como es el caso de las películas de Tarantino, a quien menciono con temor gracias a la nota que ha estado circulando en relación a Uma Thurman, y quien recreó películas de Michael Curtiz ya sea como un homenaje o un plagio; o la música del grandioso Bob Dylan, quien remasterizó en su música los poemas de William Blake; o las pinturas del genio Antoon Van Dyck, quien no hubiera sido nadie sin su gran mentor Rubens; y así podría seguir mencionando a varios más.
Sin irme más lejos, Nelly Flor, o sea su servidora, quien no escribiría y tendría este blog, sin la inspiración de Leandra Medine, realmente no miento cuando digo que quiero ser la versión chafa de alguien más, porque mi gurú es tan lo más, que me conformo con lograr ser su copia no tan fiel. Mi psicóloga me diría que si lo que admiro de ella (Leandra) no existiera ya en mi, no estaría en mi marco de referencia, por lo tanto no la admiraría. Este es un planteamiento existencial y filosófico, como lo es el del huevo y la gallina. Es pregunta.