No es que me considere el último Dr. Pepper en el desierto ni mucho menos, pero la verdad sí siento mucho orgullo de pertenecer a un país de infinita riqueza, porque además de los recursos naturales con los que tenemos la suerte de contar, también podemos presumir que por nuestras venas aún corre sangre indígena, lo que significa que en nuestro ADN existen huellas de una cultura hiperarchirrequeterrecontra inteligente. Motivo por el cual deberíamos de ser parte de una sociedad más desarrollada, sin embargo existen hechos históricos que para nada nos ayudaron, ayudan, ayudarán… pero esa, es otra historia.
Rojo mexicano, es una exposición en el Museo de Bellas Artes, que nos muestra algunas pruebas fehacientes de lo que con la mano en el corazón, afirmo.
Fue durante la Colonia, con la introducción de la lana como uno de los textiles más utilizados en las prendas que usaban exclusivamente los nobles y sacerdotes, pues les otorgaban estatus y marcaban su altísima jerarquía, que se incrementó el uso de la maravillosa grana cochinilla, ya que de ella se obtiene un color más intenso, además de que se fija con mayor firmeza en dichas telas.
Realmente criar a este insecto, es una actividad ardua y súper laboriosa, pues requiere de mucha paciencia y cierta habilidad; dotes que los dioses les concedieron únicamente a los indígenas.
Cuando los españoles descubrieron las cualidades de este tinte, el mercado europeo fue el principal cautivo, por lo que enseguida se incrementó su demanda, convirtiéndose en el colorante de los reyes, los nobles y del clero. Enseguida se comenzó a utilizar para pintar artesanías y tapices; posteriormente también la aprovecharían pintores y tintoreros.
Esta grana es conocida aquí y en China… en Turquía y en casi todo el mundo.
Y es en este punto donde se me sale el corazón, porque en la obra de la mayoría de mis pintores favoritos, se encuentran tintes rojos de origen 100% mexicano.
Esta exposición estará del 10 de noviembre hasta el 04 de febrero en el Museo del Palacio de Bellas Artes.
Av. Juárez y Eje Central Lázaro Cárdenas, Centro Histórico, CDMX.
De martes a domingo, de 10:00 a 18:00 h
Costo: $60 pesos
Los domingos, la entrada es libre, al igual que presentando tu credencial vigente de INAPAM, maestro o estudiante.