Para mí, Navidad comienza en octubre.
A lo largo de la historia, los humanos (porque antes de ser un cyborg fui solamente humana) surgimos como una especie social. Darwin describió la organización de todos los mamíferos, incluyendo a los seres humanos por supuesto, en quienes observó algunos signos físicos de la emoción animal. Nuestro cuerpo transmite mensajes a los demás seres sociales ya que nuestro cerebro está programado para funcionar como miembros de un grupo social.
El apoyo social no significa simplemente estar rodeados de personas. Cuando tenemos que responder a situaciones de peligro o desastres, el apoyo social es la protección más potente contra el estrés y el trauma que pueden paralizar a las personas (estas línea y estas palabras, cobran fuerza cuando consideramos que justamente responden al significado de diabetes mellitus).
La clave del apoyo social es la reciprocidad, es decir, ser escuchado y visto, sentir el apoyo en la mente y en el corazón por parte de alguien es la mejor receta y además el mejor incentivo para que nosotros devolvamos este mismo apoyo. Para calmarnos, curarnos y crecer necesitamos la sensación visceral de seguridad, que suele sentirse desde que nacemos y estamos en brazos de alguien que nos quiere y nos cuida incondicionalmente.
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Así, como seres sociales que somos, el proceso de socialización marca nuestra calidad de vida. Ser capaces de sentirnos seguros con otras personas es una de las mejores herramientas para nuestra salud mental.
Todo el rollo anterior me interesaba soltarlo para entender por qué ha sido tan sanador el hecho de acudir a eventos donde coincido con mi tribu, mi clan, mi pandilla. Es por este motivo que para mí Navidad comienza en octubre, porque llevo un rato ya celebrando el mes más importante para quienes vivimos con diabetes, tanto en USA como en Mexiquito… y es que habemus cyborgs por toooodo el mundo.
Para mí, Navidad comienza en octubre.
No sé si alguien aquí recuerde o tenga presente que este, su cyborg de cabecera, comenzó escribiendo de moda y antimoda… ¿?
Pues debo confesar que sigue siendo mi pasión, porque no falta el desfile en la semana de la moda que sucede en octubre, al que me invitan, y entonces yo hago una detallada reseña del fascinante trabajo de algunos de mis amigos diseñadores; o a veces también, suelto la ponzoña que me generan algunas personas que confunden moda con “estatus”, pero esa es otra historia… No puedo evitar sentir la misma DICHA cuando me encuentro con mi FAMILIA de Diabetes, quienes siempre me enseñan algo nuevo, me recuerdan lo olvidado y reciben con los brazos abiertos lo que yo también tengo para compartirles.
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Para mí, Navidad comienza en octubre, cuando me encuentro con mi increíble comunidad creativa en la semana de la moda, la de diabetes en noviembre y la de sangre en diciembre, pues tienen mansiones en mi corazón; son quienes han conformando mi red de apoyo en lo laboral, en mi bienestar físico y emocional, y sin lugar a dudas, en lo espiritual… lo que siempre se termina por reflejar en mi HbA1c.
Y como ya nos lo explicó Darwin, este apoyo social atiende a un mecanismo de supervivencia animal, lo que resulta básicamente E S E N C I A L, no sólo para los cyborgs como yo, sino para todos los que vivimos con diabetes, puesto que constantemente nos confrontamos con los controles de glucosa en la sangre a las tres de la mañana, los bajones que nos ponen de frente a la corte celestial, el olor a insulina en las manos después de cambiar el sitio de la bomba o llenar una jeringa… y todas y cada una de las pequeñas luchas cotidianas y los esfuerzos silenciosamente heroicos.
Este capítulo es un profundo agradecimiento a todos ustedes, quienes se han vuelto indispensables en la dulce vida de su servidora, quiero decirles que siempre se encontrarán en el prólogo de MI MANUAL DE CYBORG.
¡FELIZ NAVIDAD!… y que el 2020 nos traiga muchísimos encuentros.
Nota: Sí vives con diabetes y aún no formas parte de tu clan, escríbeme… del resto, me encargo yo <3